La empresa Solvay extrae desde hace mas de cien años sal de los montes de Polanco. Material imprescindible para la fabricación de los compuestos químicos que fabrica. La sal es extraída mediante su disolución con agua dulce a presión y llevaba hasta la fábrica por una gran tubería. Estas perforaciones dieron lugar a hundimientos que generaron cráteres inundados de agua salobre.
Estos "lagos" de agua verde, la vegetación del bosque, junto con un terreno plagado de tuberías, instrumentos de medición, y material industrial abandonado, hacen que sea una zona muy peculiar.
Desde los años 60 las perforaciones se hacen a mayor profundidad para evitar los hundimientos y actualmente se está llevando a cabo el relleno de los pozos con material árido de las obras de los alrededores.
Lo más curioso de este lugar es que, a diferencia de la mayoría de fábricas o lugares abandonados en los que parece que la naturaleza invade los edificios o estructuras, aquí sucede lo contrario. Parece que los tubos, rejas, medidores, señales y demás elementos industriales son los que han aparecido de repente en el bosque y han brotado entre la vegetación.
